Hoy voy a hablarte de orientación espacial.

¿Por qué?

Pues porque esta habilidad es indispensable para que tus hijos consigan leer un mapa del tesoro.

Norte, sur.

Arriba, abajo.

Derecha, izquierda.

Detrás de la montaña, antes de llegar al río de los cocodrilos…

Si no sabes a dónde vas, ¡imposible encontrar el tesoro!

Una buena orientación espacial ayudará a tus hijos a representarse el espacio que les rodea. Esto es muy útil para encontrar el camino hacia un lugar.

Por ejemplo, hacia el tesoro.

Y mucho menos emocionante, pero tal vez más útil a diario, tus hijos sabrán ir de casa al cole, o al súper, o a la panadería, sin perderse.

También les servirá algún día para conseguir montar un mueble de Ikea.

Cómo desarrollar la orientación espacial en niños

Ahora que ya te he hablado de la importancia de desarrollar esta actividad, vamos a centrarnos en cómo hacerlo.

Hay muchas posibilidades adaptadas a todas las edades.

Los puzles, por ejemplo. Ya que para resolverlos, tenemos que manipular las piezas, encontrar su lugar y orientarlas de tal forma que encajen en el hueco disponible.

También existen juegos de cubos que permiten trabajar el vocabulario (izquierda, derecha, delante, encima…). Además – como en los puzles- se pueden manejar piezas para ser giradas, movidas y reposicionadas, ya sea para crear una estructura inventada o para reproducir un modelo.

Y, por supuesto, los legos.

Haz un mapa de tu barrio (o de tu casa) para mejorar la orientación espacial

Pero hoy te quiero hablar de otra actividad.

Hoy te propongo que tus hijos hagan un mapa del barrio o de tu casa, según su edad – y/o su interés.

El mapa es la representación del espacio. Al situar objetos conocidos en un papel, entienden la relación entre lo representado y lo real.

Necesitarás simplemente una hoja y un lápiz. Y si tu hijo quiere decorar el mapa y darle un toque de color, pues necesitará además unos lápices de colores.

Entre 3 y 5 años

Si tus hijos tienen menos de 5 años probablemente no sabrán dibujar un mapa de la casa.

Como mucho, puedes pedirles que dibujen su habitación. Y que dibujen a su peluche favorito encima de la cama. O su pijama debajo de la almohada. O su pantalón en el suelo a la derecha de la cama….

Niños de 3 y 4 años tampoco sabrán dibujar su habitación así que no hace falta dibujar nada, simplemente dales un objeto y pídeles que lo coloquen en distintos sitios que le vas diciendo. De esta forma desarrollarán el vocabulario necesario que les permitirá orientarse en el espacio.

También puedes darles un mapa (de tu barrio, de un museo, de un parque de atracciones…), y pídeles que encuentren el camino entre dos puntos.

Mapa de tu casa (+6 años)

A partir de 6 años, muchos niños pueden intentar dibujar un mapa de su casa. Obviamente, no será proporcional y seguramente se olvidarán cosas.

Pero el ejercicio es interesante ya que requiere mucha concentración para recordar mentalmente las distintas salas y cómo se sitúan unas respecto a las otras.

Si a tu hijo el ejercicio le resulta fácil, rétalo a que intente hacer el mapa a diferentes escalas.

Una vez acabado el mapa, pídele que lo siga para comprobar si corresponde a la realidad.

Mapa de tu barrio (+9 años)

Con niños más mayores, después de haber hecho el mapa de tu casa puedes pedir que intenten hacer el mapa del barrio.

Anímales a añadir el máximo de detalles, como los pasos de cebra, los semáforos, las tiendas… Ya que así también desarrollarán el sentido de la observación.

El objetivo principal no es hacer un ejercicio de geometría, usando regla y escuadra para tener un plano perfecto, aunque también puedes hacerlo.

Otra noción que tus hijos pueden practicar con esta actividad es la de distancia y unidades. Pídeles por ejemplo que hagan un camino de 1 km saliendo de su casa (para ayudarles, diles que un gran paso es más o menos un metro, así que "sólo" tienen que dar 1000...)

Es divertido que luego salgan con su mapa a la calle y comprueben la relación entre lo que han dibujado y la realidad.

Convierte el mapa en un mapa del tesoro

Una vez que tu hijo ha finalizado el ejercicio, ¡no dudes en convertirlo en un mapa del tesoro!

Para eso, nada más simple. Esconde una pista o un pequeño tesoro (algo de comer, algún juguete, un “vale por”…) en distintos lugares y márcalos con una cruz en el mapa. Si utilizas el mapa de tu barrio te aconsejo utilizar pistas o “vale por”, ¡no sea que algún pajarito tropiece con tu “tesoro” y se lo quede!

El ejercicio de utilizar su mapa para encontrarlos tiene un doble beneficio.

Por una parte, le da utilidad a la actividad que ha realizado.

Por otra, verá que las imperfecciones del mapa le dificultan encontrar el tesoro, con lo cual aprenderá él mismo de sus errores. Si repites la actividad varias veces, seguro que notarás la diferencia…

Otras actividades con mapas para mejorar la orientación espacial

Encontrar el camino

Con los más grandes puedes añadir otro tipo de desafíos, como mirar el mapa de la ciudad, del metro o de autobuses, indicarles un lugar en el mapa al que deben llegar y que descubran cómo hacerlo.