5 experimentos científicos para hacer en casa con niños
Hoy vamos a hablar de experimentos científicos.
Los niños -como los adultos- aprenden experimentando. Esta realidad no es nueva, y la famosa cita de Benjamín Franklin “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo” es buena prueba de ello.
Seguro que más de una vez has intentado explicar algo a tus hijos. Y no hablo sólo de ahora con el cole en casa, aunque obviamente también se aplica.
Por ejemplo, cuando les intentas explicar por qué no pueden salir. O cómo se hace una división. Porqué deben recoger su habitación. O los ciclos de la luna.
O….
La lista es infinita.
¿Cuántas veces te da la impresión de que realmente te han entendido?
Y en el hipotético caso de que te hayan entendido, ¿cuántas veces aplican lo que les pides (es decir, te hacen caso)?
Probablemente pocas.
No es culpa tuya.
Simplemente explicando las cosas no conseguimos que los niños entiendan y/o asimilen los conocimientos.
Sin embargo, si los involucramos y conseguimos despertar su curiosidad por aprender, no sólo entenderán los conceptos, si no que se los apropiarán y serán capaces de utilizarlos.
¿No es eso lo que pretendemos con la educación?
Los experimentos científicos son una forma divertida de entender el mundo que nos rodea
Aunque la ciencia puede parecer una disciplina muy seria (y lo es), hacer experimentos científicos en casa es algo muy divertido y que apasionará sin duda alguna a tus peques.
Y no. No necesitas montar un laboratorio en casa.
Hay muchos experimentos científicos que puedes hacer con cosas que tienes en tu hogar.
Tus hijos se quedarán boquiabiertos.
Deja que participen en los experimentos (bajo supervisión de un adulto). Que los repitan. Que cambien algunas cosas si quieren, para ver si el resultado sigue siendo el mismo.
Antes de lanzarte en explicaciones, pregúntales qué creen ellos que ha pasado. Cómo podrían encontrar una explicación.
Para los más pequeños será como un poco de magia.
Para los más mayores ayúdales a pensar como científicos. Pregúntales cómo creen que funciona esto, o por qué creen que ha ocurrido aquello. De esta forma desarrollarán su espíritu lógico, aprenderán a pensar por ellos mismos, a intentar buscar explicaciones, a ser pacientes, a experimentar una y otra vez…
Y jugando y descubriendo, poco a poco empezarán a comprender el mundo que nos rodea.
Así que vamos a descubrir 5 experimentos científicos fáciles para entender la densidad, la tensión superficial y la electricidad estática.
Los 5 experimentos científicos
1. El huevo que flota en agua salada (para descubrir la densidad)
Una experiencia muy fácil de hacer, y que permitirá entender la densidad.
Material:
- Un vaso transparente
- Agua
- Un huevo (crudo)
- Sal
Pasos para realizar el experimento:
- Llena el vaso de agua ( ¾ partes).
- Introduce el huevo y observa. Verás que se hunde.
- Ahora quita el huevo, añade sal al agua (con una cucharada en teoría es bastante) y mezcla.
- Vuelve a poner el huevo y observa. Ahora el huevo flota (si no es el caso, añade más sal).
Explicación:
La densidad es, en pocas palabras, el peso de un objeto en relación con su tamaño o volumen. Esto puede parecer complicado, así que vamos con un ejemplo sencillo.
Imagínate 3 cajas del mismo tamaño. Una la dejas vacía (estará en realidad llena de aire), otra la llenas de algodón y la última la llenas de hierro. ¿Cuál pesara más? La de hierro, obvio. Los 3 materiales ocupan el mismo espacio – o volumen- (la caja), pero el hierro pesa más, es decir, es más denso.
A los niños más mayores les puedes dar la definición científica de densidad: es la cantidad de masa que hay en un determinado volumen de una sustancia.
Para este experimento científico he elegido el huevo porque tiene una densidad muy cercana al agua. Aunque el huevo pesa más que el agua, o la densidad del huevo es un poco mayor que la del agua, por eso se hunde al principio.
Al añadir sal al agua, cambiamos su densidad. El agua salada pesa más (es más densa) que el huevo, y por eso el huevo flota en el agua salada.
2. Arcoíris en un vaso (para descubrir la densidad)
Una experiencia muy colorida que a tus hijos les fascinará y les hará entender que distintos líquidos tienen densidades distintas, lo que hace que unos “floten” encima de otros.
Material:
- Un vaso transparente
- Una taza o vaso pequeño que te servirá para medir
- Miel
- Lavavajillas azul o transparente
- Agua
- Aceite
- Alcohol
- Colorantes azul, rojo, verde y violeta (puedes combinar rojo y azul para hacer el violeta y azul y amarillo para hacer el verde)
Pasos para realizar el experimento:
- Empezamos con la miel, que es el líquido más denso. Llena el vaso para medir por la mitad, y añade una gota de colorante rojo y una gota de azul. Mezcla bien. Ponlo en el vaso.
- Seguimos con el lavavajillas. Si es azul, lo introduces directamente en el vaso, con mucho cuidado para que no se mezcle con la miel. Si es transparente, llena primero el vaso para medir y añade una gota de colorante azul.
- Llena el vaso para medir de agua. Añade colorante verde (o una gota azul y otra amarilla). Viértelo en el vaso, con mucho cuidado.
- El aceite ya es amarillo, así que derrámalo lentamente en el vaso, encima del agua.
- Por último, llena el vaso para medir de alcohol y añade una gota de colorante rojo. Mezcla bien y ponlo en el vaso.
- Observa cómo los líquidos flotan uno encima del otro.
Explicación:
Todo es cuestión de densidad, que los niños ya han entendido con el experimento anterior. Hemos puesto los líquidos de tal forma que los que pesan más (más densos) están abajo, y los más ligeros (menos densos) están arriba. De esta forma los líquidos no se mezclan y podemos observar un “arcoíris” en un vaso.
Puedes seguir el experimento mezclando todo con una cuchara, y dejar en reposo a ver que pasa… Quedará un líquido muy oscuro abajo, mezcla de la miel, el jabón y el agua. El aceite flotará, ya que es menos denso. Y el alcohol se habrá evaporado y no se verá.
3. Experiencia fácil con pimienta para descubrir la tensión superficial
Este es uno de los experimentos científicos más fáciles de hacer. Estos días por Internet se ha visto mucho para explicar a los niños porque es importante lavarse las manos con jabón para ahuyentar a los microbios (y al coronavirus principalmente).
Material:
- Un plato hondo
- agua
- pimienta molida
- 1 palillo o la mano de tu peque
- Lavavajillas
Pasos para realizar el experimento:
- Coloca el agua en el plato hondo, y polvorea la pimienta de forma homogénea (quedará en la superficie)
- Pon el palillo (o un dedo) en el agua con pimienta, y verás que no pasa nada.
- Pon un poco de lavavajillas en el palillo o la mano, y vuelve a ponerlo en el agua con pimienta.
- Observa como la pimienta se va hacia los lados.
Explicación:
El agua está compuesta de muchas pequeñas partículas, llamadas moléculas de agua. Cada molécula de agua es atraída por sus vecinas, como si se dieran las manos. Las moléculas de agua que están en la superficie tienen menos vecinos: sólo tienen moléculas de agua debajo. Así que se unirán a menos moléculas de agua, pero las uniones serán muy fuertes. Esta fuerza de unión se materializa en una membrana que es como una capa protectora, donde la tensión es más fuerte. La fuerza que permite que se forme esta membrana se llama tensión superficial.
Cuando se añade la pimienta, ésta no se mezcla con el agua si no que se deposita sobre la membrana, y por eso flota en el agua. La tensión superficial también explica por ejemplo que veas a los zapateros (esos insectos de largas patas) caminar por encima del agua.
Al sumergir el palillo recubierto de lavavajillas, se rompe la resistencia entre las moléculas. Las moléculas de agua que están más lejos del palillo (en los bordes del plato) tienen más fuerza en la superficie. Así que atraen más fácilmente a otras moléculas, lo cual es visible gracias a la pimienta que se dispersa, porque la tensión superficial en el borde del plato es más alta que en el centro, por lo que la pimienta es atraída al borde del plato.
Esto ocurre porque el lavavajillas es un agente tensioactivo, es decir, cambia la tensión superficial entre dos superficies, en este caso reduciéndola.
4. Explosión de colores (tensión superficial)
Una experiencia muy fácil de hacer, y que mezcal de forma mágica ciencia y arte… ¡Esta explosión de colores seguro que encanta a tus hijos!
Material:
- Un plato hondo
- ½ litro de leche
- 3 o 4 colorantes (de alimentos, o tinta)
- 1 palo (tipo pincho de brochetas) o una cuchara de madera
- Lavavajillas
Pasos para realizar el experimento:
- Coloca la leche en el plato hondo
- Pon unas gotas del primer colorante en el centro del plato. Espera unos segundos antes de poner otro colorante. Pon todos los colorantes en el centro, pero sin sobreponerlos.
- Empapa el pincho de brocheta o el mango de la cuchara de madera con el lavavajillas, y cuidadosamente ponlo en la superficie del plato.
- Observa la explosión de colores.
Explicación:
La leche que ponemos en el plato es un líquido compuesto de agua, proteínas y grasa en forma de gotitas muy pequeñas. Todas estas moléculas de la leche permanecen unidas gracias a una cierta tensión propia. Se llama tensión superficial.
El colorante alimenticio que añadimos no se mezcla con la leche cuando la ponemos en el plato porque es un líquido diferente.
Como en el experimento científico anterior, el lavavajillas perturba fuertemente la tensión superficial de la leche porque es un producto tensoactivo que tiene como objetivo reducir la fuerza que mantiene unidas las moléculas. El agua y la grasa se separarán y se dispersan hacia el borde. Todo esto nos sería imperceptible si no hubiéramos añadido unas gotas de colorante.
Después de este experimento, puedes mover el palo a través de la leche para mezclar los colores, pero rápidamente verás que la leche se queda teñida de un color uniforme.
5. Palomitas electroestáticas (para entender la electricidad estática)
¿Qué pasa cuando frotas un globo en tu ropa y lo pasas por encima de unas bolitas de papel de plata? ¡Que éstas empiezan a saltar como si fueran unas palomitas de maíz!
Material:
- Papel de aluminio
- Un globo
- Celo
- Una prenda de lana
Pasos para realizar el experimento:
- Pega un trozo de papel de aluminio en una mesa con ayuda del celo.
- Corta trocitos de papel de aluminio y haz pequeñas bolas con ellos (unos 5 milímetros de diámetro). No los comprimas mucho, lo ideal es tener bolas ligeras y pequeñas. Ponlos encima del papel de aluminio de la mesa.
- Hincha el globo y cárgalo de electricidad estática, simplemente frotándolo durante 30 segundos con una prenda de lana (es lo que mejor funciona, aunque puedes usar otros materiales).
- Pasa el globo por encima de las bolitas de aluminio y observa como saltan.
Explicación:
Este experimento nos hace ver lo fácil que es generar electricidad estática. Dicha electricidad es la responsable de que se nos pongan los pelos de punta al quitarnos un jersey, o incluso que a veces salte una chispa cuando tocamos a alguien.
Al frotar el globo en la lana, se carga con electricidad estática. La electricidad estática actúa un poco como un imán, pero temporalmente. Cuanto más se frota el globo, más electricidad estática se acumula. Y a la electricidad no le gusta permanecer acumulada en el mismo lugar y trata de circular de forma natural. Como las bolas de aluminio no están cargadas de electricidad, al acercarse el globo son atraídas a él por la fuerza electrostática. Se vuelven a caer al cabo de poco rato, cuando han cogido algo de la electricidad del globo. Por eso, después de un tiempo, cuando el globo se descarga completamente de electricidad estática, el fenómeno se detiene.
¿A tus hijos les gusta aprender realizando experimentos científicos?
Existen muchos experimentos científicos que puedes hacer en tu casa. En este artículo te expliqué el del volcán, pero con mis hijas he hecho muchísimos más.
Si esta forma de aprender te interesa dímelo en los comentarios, y así compartiré más artículos como éste.